A ADFAS (Associação de Direito de Família e das Sucessões) foi criada em 2014 por um grupo de juristas preocupados com o futuro do Direito de Família. Atua ativamente com o Direito de Família, Direito das Sucessões, Biodireito e áreas correlatas.

CONGRESO INTERNACIONAL: LOS RETOS DE LA UNIVERSIDAD DEL SIGLO XXI

Por Regina Beatriz Tavares da Silva, Presidente da ADFAS

La Asociación de Derecho de Familia y Sucesiones (ADFAS), que reúne a juristas de Brasil, España, Argentina, Colombia, México y Perú, entre otros países, realizó el Congreso Internacional “Los Retos de la Universidad del Siglo XXI”, en colaboración con la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, ocurrido durante los días 15 y 16 de mayo del presente año.

El Congreso tuvo la Coordinación del Dr. Juan Alfredo Obarrio Moreno (Profesor Titular de la Universidad de Valencia y Presidente de la Comisión Española de Asuntos Educativos y su repercusión en las Relaciones Familiares de ADFAS), y de la Dra. Lucía Bernard Segarra (PDI – Profesora Titular de la Universidad de Valencia), con la colaboración del Dr. Ricardo Domingo Bepmale (Director de Relaciones Internacionales de ADFAS).

Seguramente fue más un evento exitoso de ADFAS, con la brillante idea del Dr. Juan Obarrio de realizar este Congreso sobre los destinos de la Universidad del Siglo XXI, un tema de la mayor importancia. Seguí la gestión a través del Dr. Ricardo Bepmale, quien recomendó ponentes de Argentina, Brasil, México y Perú.

En 2020, la Asociación de Derecho de Familia y Sucesiones – la ADFAS – realizó otro Congreso Internacional sobre Libertad de Expresión Académica, disponible en el canal de YouTube de nuestra Asociación, porque, desde su fundación, hace más de 10 años, se ha preocupado por la Academia y la Educación Universitaria.

ADFAS cree que la libertad de expresión en las Universidades debe ser amplia, incluyendo especialmente el Derecho de Familia y Sucesiones, así como el Bioderecho, con el objetivo de preservar la dignidad en la formación de la generación que trabajará en la Abogacía, en el Poder Judicial, en el Ministerio Público o Fiscalía, según se denomine en cada país, y en tantas otras funciones relevantes para la sociedad que la Licenciatura en Derecho proporciona.

La libertad es un derecho fundamental, previsto en las Constituciones de varios países, como la de la República Federativa del Brasil.

Sin embargo, ADFAS cree que la libertad de expresión no debe confundirse con la expresión irresponsable. En la formación universitaria, especialmente en materia de derecho de familia, de derechos humanos y también de bioderecho, no puede haber militancia, sino pensamiento crítico, libre, con exposición de todas las corrientes de pensamiento, pero con el indispensable sentido de responsabilidad que tiene el Profesor en su sublime función.

Militancia deriva de la combinación del verbo latino “militare”, que significa ser soldado, no en el sentido puro de la palabra, sino en el sentido de defender activamente una idea, y el sufijo “-ancia”, que significa acción o el resultado de esa acción. El activismo es una forma de actuar que puede tener consecuencias negativas. El activismo a menudo lleva a las personas a no ver otros pensamientos y a no poder expresarlos. El estudiante sólo aprende una idea y sólo le gusta esa idea, después de todo sólo nos pueden gustar las ideas que conocemos. ¡De esta manera, al estudiante terminan no gustarle otras ideas!

El activismo no educa, porque la educación es un proceso que estimula el pensamiento crítico, especialmente a nivel universitario. La educación depende de mucho conocimiento, mucha lectura, mucha investigación y un conocimiento profundo de todas las escuelas de pensamiento.

Además, incluso si se aceptara el activismo en la formación universitaria, sería imprescindible ejercerlo con responsabilidad, buscando siempre el bien común.

ADFAS cree que la libertad de expresión no equivale a irresponsabilidad. Cuando falta sentido de responsabilidad en la formación universitaria, se produce una verdadera violencia contra la formación de los estudiantes, que quedarán deformados y no formados en la carrera de Derecho.

Ideas irresponsables como las que se exponen a continuación solo pueden ser trasmitidas a los estudiantes con la información de los efectos que el activismo a su favor puede tener sobre el estudiantado. Siempre a modo de ejemplo, ideas tales como de contractualización familiar, de que la Ley no podría interferir en las elecciones de las personas, como en el poliamor o poliafecto, en la que tres o más personas tienen relaciones sexuales e incluso con hijos que ni siquiera reconocen quién es su padre, lo cual debería ser incluido en el ordenamiento jurídico como una forma de Familia, de que aquellos que son cómplices del adulterio deberían tener los mismos derechos que el cónyuge o el conviviente, de que debería existir un incentivo para la inseminación casera o auto inseminación, y de que las cláusulas generales serían suficientes para regular las relaciones en la sociedad a libre voluntad del juez, sin apego a normas que efectivamente regulen las relaciones en la sociedad y que tengan como objetivo el bien de las personas.

Estas ideas atraen a los estudiantes, además de facilitar la preparación de clases y estudios para universitarios o licenciados en derecho, después de todo, no hay necesidad de realizar esfuerzos de investigación profundos para enseñarlas y aprenderlas. Recordemos la velocidad de nuestros tiempos, como todo tiene que ser más fácil, todo tiene que ser rápido… Enseñar y aprender conjeturas sin fundamento o con un discurso engañoso, es mucho más rápido y fácil.

Hoy en día, las preferencias se centran en las imágenes o videos más que en los textos escritos, lo cual es un gran error, porque no hay profundidad. Se debe fomentar la belleza de la lectura, más aún, la indispensabilidad de la lectura. Cabe señalar que internet tiene innumerables cualidades y efectos positivos, pero ha provocado la lamentable sustitución de las letras por sonidos e imágenes (vídeos), que ofrecen mayor velocidad y menor esfuerzo. Después de todo, leer requiere tiempo y concentración, ¡mirar y escuchar requieren mucho menos tiempo y concentración.

Este es un gran desafío para la Universidad del Siglo XXI: el docente debe conocer a fondo, a través de la lectura, todas las escuelas de pensamiento sobre lo que está enseñando y transmitirlas a los estudiantes con realismo y veracidad. El estudiante debe estudiar estas diversas escuelas de pensamiento en libros y no solamente en videos o textos facilitados que no están escritos por verdaderos doctrinadores, y elegir su propio pensamiento, lo cual sólo puede hacer si tiene un conocimiento profundo de todas las escuelas de pensamiento.

Las clases virtuales hoy en día son las más desafiantes para los docentes, ya que el hecho de que los estudiantes cierren sus pantallas los lleva a creer que están hablando ante un aula vacía. ¿El estudiante que cerró la pantalla estaría prestando atención? ¿O estaría realizando otra actividad, incluso lejos del equipo donde se ofrece la clase? Es necesario utilizar métodos en las clases virtuales que hagan que los estudiantes estén presentes y atentos, como hablar con los estudiantes durante toda la clase, realizar preguntas y animarlos a participar activamente.

La preocupación más reciente es el uso indiscriminado de la Inteligencia Artificial, que, si bien puede tener utilidad, nunca debería utilizarse en la enseñanza y el aprendizaje universitario como sustituto de la Inteligencia Humana.

Y todas las formas de expresión del Derecho – Leyes, Doctrina (conjunto de fundamentos y/o ideas que por ser esenciales deben enseñarse) y Jurisprudencia (pensamiento uniforme de un Tribunal y no solamente una sentencia o fallo) deben estar presentes en la educación jurídica.

Las palabras vuelan y los escritos quedan, pero, como dijo el Prof. Juan Obarrio en el Congreso de Libertad de Expresión Académica promovido por ADFAS, cuando es el profesor que las habla personal o virtualmente en una clase, las palabras llegan al corazón, se internalizan en los estudiantes. La autoridad del Profesor sobre el alumno, aunque cuestionada en nuestros días, es innegable, la autoridad para inculcar ideas en quien aún no las tiene porque por primera vez toma conciencia de un concepto o de un instituto jurídico.

Regresando a la libertad de expresión con responsabilidad, las restricciones a la libertad de expresión de los Profesores, que enseñan o defienden el sistema jurídico, incluida la Constitución, la Ley Suprema, son inaceptables.

¿Puede una sociedad civilizada sobrevivir sin estatutos legales? ¿Puede existir una sociedad civilizada sin leyes? Recordemos que la finalidad principal del Derecho es la organización de la sociedad, como aprendí en la universidad con el inolvidable profesor Carlos Alberto Bittar ¿Ningún estatuto jurídico que organice? Podríamos también pensar entonces ¿en ningún Estado? ¿No es necesario que la familia esté organizada por ley? ¿Puede la Familia dejarse al libre albedrío o a la absoluta autonomía de la voluntad de las personas?

Ya hemos sido acusados de predicar el odio contra las minorías, lo que es un discurso engañoso ya aclarado por la ADFAS en varios órganos e instancias, incluso ante la Corte Suprema de Brasil, que, en Tesis de Repercusión General, adhirió a los argumentos de la ADFAS, en calidad de amicus curiae, para colocar el adulterio en su debido lugar y prohibir la atribución de derechos familiares, derechos de herencia, derechos de seguridad social y otros derechos relacionados con las relaciones familiares al cómplice de adulterio. El Consejo Nacional de Justicia juzgó a favor del pedido de ADFAS de prohibir la confección de escrituras de tres o más personas en familia, como si vivieran en unión estable, y también adhirió a los argumentos de ADFAS contra el incentivo a la inseminación casera, que puede causar graves daños a las mujeres y a quienes se generan por ese medio. Las relaciones poliamorosas, sean las de los llamados “tríos” o las de cómplices en adulterio o amantes, no encuentran apoyo en la sociedad y, por tanto, no constituyen una familia según la Constitución de la República Federativa del Brasil (art. 226) y en todo el mundo occidental y en la mayor parte del mundo oriental. Nuestras costumbres son monógamas y no polígamas. Quien vive en una comunidad de tres o más personas, ya sea en relaciones con el consentimiento de todos los participantes o en relaciones encubiertas, no tiene derechos familiares ni otros derechos similares.

Además de no encontrar apoyo en la sociedad, estas relaciones “poliamorosas” causan daño a sus participantes, especialmente a aquellos que son objetivamente vulnerables, niños y adolescentes que son las mayores víctimas de actitudes supuestamente modernas, pero en el sentido estricto de la palabra son relaciones tribales, pero también a los adultos, especialmente a las mujeres, que se ven inevitablemente subordinadas a los hombres cuando eligen o son obligadas, por cuestiones económicas, a adoptar este tipo de vida. Después de todo, si en una relación monógama las dos personas son consideradas iguales, obviamente en una relación con tres o más personas tendrá que haber un líder. Incluso las mujeres supuestamente “modernas” y liberadas no dejan de sufrir daños, debido al inevitable dominio de los hombres en las relaciones de poligamia, ya que la poliandria – la relación entre una mujer y 2 o más hombres – sigue siendo excepcional.

También es completamente irresponsable la idea de que se puedan celebrar contratos familiares privados con absoluta autonomía de voluntad por parte de personas que quieren “modelos” de desinstitucionalización de la Familia. Los derechos derivados del matrimonio y de las uniones estables, como el derecho a la fidelidad, podrían ser renunciados. Según esta idea desafortunada, a cada familia se le otorgarían sus propios derechos familiares. Cada persona dirigiría su afecto hacia quien más le agradara, pudiendo practicarlo libremente ya sea viviendo en unión de hecho o matrimonio, paradójicamente incluso con supuestas obligaciones contractuales asumidas y propuestas por esta idea. Esta contractualización de las relaciones familiares es la prevalencia del “yo”, en el que la voluntad es ilimitada, porque la persona actúa como espacio de exclusión, debido al presupuesto esencial de su existencia la no injerencia de los demás, el derrocamiento del “NOSOTROS”, en el que la voluntad es limitada, ya que la persona es un ser social, en el que se respetan sus propios derechos y los de los demás, como subraya Diogo Leite de Campos, jurista portugués de amplios conocimientos, incluso filosófico-jurídicos. En resumen, existen graves errores de derecho en esa idea de la prevalencia del individualismo familiar.

De ahí la pregunta: ¿la idea de contratar la familia surgirá de una falta de conocimiento jurídico por parte de quienes la proponen o de su mala fe en favor de la destrucción de la sociedad y, en consecuencia, de la nación, con el dominio de alguna fuerza dictatorial aún no abiertamente revelada? Debilitamiento de la Familia para facilitar el reinado de la Dictadura, que es peor, disfrazada de Democracia con plenas libertades.

Respecto a la poligamia o poliamor y la irresponsabilidad de su enseñanza universitaria como forma de familia, nos gustaría recomendar el libro bilingüe Tratado de la Unión de Hecho (publicado por Altabooks/Almedina), que tiene su origen en otro Congreso Internacional de ADFAS sobre la “União de Fato no Cenário Internacional” y es accesible en el canal de YouTube de ADFAS. Se demuestra que la monogamia, por diversas razones, incluso las económicas, es el sistema adoptado en todos los países de los juristas que participaron en este trabajo y fueron ponentes en el Congreso, incluso en Angola, en el continente africano, que lo establece en su Constitución, siendo la poligamia practicada sólo por los analfabetos, es decir, aquellos que no saben leer ni escribir.

En el ámbito de la Bioética, la inseminación domiciliaria no puede presentarse como un procedimiento bueno para las personas. La inseminación casera es cuando supuestos “donantes” ofrecen su semen de forma anónima o bajo nombres falsos o incluso reales para que una mujer lo reciba en su casa e inserte en su vagina mediante una jeringa o catéter, sin supervisión ni asistencia médica. Esto obviamente puede ocasionar la transmisión de enfermedades, como el VIH (SIDA), a la mujer y al bebé que llevará en su vientre, además del riesgo de relaciones incestuosas involuntarias entre las personas así generadas, así como relaciones conflictivas, con posibilidad de reconocimiento forzado del vínculo de paternidad con todos sus efectos, como el deber del supuesto “donante” de alimentar al niño y el derecho a incluso ejercer la custodia del niño. Si el profesor no transmite todas estas consecuencias, el alumno quedará engañado, estafado y llevado a gustarle la idea de esta práctica altamente nociva. ADFAS, por cierto, fue citada a hablar ante el Consejo Nacional de Justicia sobre las solicitudes de incentivos a la inseminación casera, y sus argumentos ya fueron aceptados por este órgano.

Aprovecho para informarles que ADFAS también ha lanzado el Tratado de Familia y Sucesiones y el libro Reproducción Asistida y otras cuestiones de Bioderecho, editados por Altabooks/Almedina. El Tratado de la Familia y Sucesiones, con 1.000 páginas, contó en su coordinación con el gran jurista Juan Obarrio y tuvo su origen en el Congreso Pentagonal celebrado en 2 universidades portuguesas y 3 españolas, finalizando con gran éxito en la Universidad de Valencia.

La democracia, que debe imperar en las Universidades, es el sistema de la libertad, pero no es un régimen irresponsable, es un régimen que exige responsabilidad, que exige verdad (sinceridad, honestidad, transmisión de la realidad de los hechos de forma transparente), que exige lealtad (compromiso de fidelidad en relación a lo que se hace y se transmite), responsabilidad no sólo de las Autoridades Gubernamentales, sino también de todos los ciudadanos, y, en particular, de aquellos que ofrecen lecciones en la enseñanza universitaria.

En el Congreso donde se realizó esta presentación, todos los ponentes eligieron sus temas y fueron brillantes, con absoluta libertad de expresión académica, lo que ADFAS tanto valora y promueve.

Mi agradecimiento a la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, por esta colaboración con ADFAS, con especial gratitud al Profesor Juan Obarrio por proporcionar a nuestra Asociación este importante Congreso, que estará disponible en el canal de YouTube de ADFAS, con la expectativa de que el debate continúe a favor de la mejor Universidad del Siglo XXI.

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